La mujer se colapsó sin venir a cuento y sus dos hijos de cuatro años, gemelos, se quedaron sorprendidos por lo que había pasado. Uno de ellos fue a por el teléfono de su madre, un iPhone, a sabiendas de que es una herramienta poderosa. Usó el dedo de su madre para desbloquear el móvil como siempre ve hacerlo a ella. Luego activó Siri y le pidió ayuda al asistente de voz de Apple. Este se ocupó de hacer una llamada automática al 999, que se trata del número de emergencias británico. Y ahí una persona ya respondió al niño.
Lo primero que dijo el niño (se puede oír en el vídeo que acompaña la noticia) era que necesitaba ayuda porque su madre estaba muerta. La teleoperadora le preguntó más allá de esto y la respuesta que dio el hijo fue que su madre había cerrado los ojos y que no respiraba.
Un niño de cuatro años ya había sido capaz no solo de apreciar el detalle de los ojos, que se trata de algo natural y perceptible, sino que supo ver que su madre no estaba respirando. Algo que no habría sido tan sencillo para otros muchos niños. Luego el niño consiguió dar la dirección donde vive y 13 minutos después llegaron los paramédicos y la policía con el objetivo de dar apoyo a la mujer, que seguía en el suelo. Al instante la ayudaron y comenzó a respirar de nuevo antes de ir al hospital.
Esta es una demostración no solo de la utilidad de Siri, sino de la importancia que tiene instruir a los más pequeños en algo tan básico como ser capaces de pedir ayuda en situaciones de emergencia. Parece que el obstáculo principal en este tipo de casos se encuentra en que los niños muchas veces ni siquiera saben explicar dónde viven. Hay llamadas que se pueden rastrear, pero otras muchas no y eso acaba complicando las tareas de rescate. Pero en este caso la historia terminó de forma fantástica por la iniciativa de este niño de cuatro años al que su madre debe la vida.
Vía: YouTube